viernes, octubre 22, 2004

DEJÁME DE PATOTEAR

Por: Yo, la peor de todas - Octubre de 2004

A veces pasa que al patotero del barrio le mojan la oreja.
Viene otro, quizás el mas inconsciente, el mas audaz, el mas jodido o el que se cansó mas rápido de que lo jodan, y lo hace.
Y lo hace frente a toda la cuadra y a plena luz del día. Entonces el patotero putea y arremete contra todo y todos. Se enoja, y ya no disimula maneras. No le duele tanto el golpe como el orgullo. A los que son espectadores, no les pide que lo ayuden, más bien los amenaza, porque sabe que más que cariño le tienen miedo. Y los que miran empiezan a especular.Hay muchas razones para estar de su parte, más allá de las políticamente correctas:-porque efectivamente , tienen miedo.-porque se acostumbraron a que el patotero decida por ellos.-porque es lo que hicieron siempre y no piensan cambiar ahora.-porque quieren parte de lo que sea.-porque se desviven por agradar al patotero -uno nunca sabe cuando puede llegar a necesitarlo…-.-porque prefieren consentir a confrontar.-porque creen que de todas maneras, nunca va a cambiar nada.Algunos tímidamente en voz baja primero, y en voz alta después se animan a disentir, pero éstos son los menos. Y no son los que deciden, ni los mas populares, ni los que importan, mas allá de sus razones -valederas, o no-.Porque acá no se trata de razón, se trata de fuerza.
El patotero en estos días puede cambiar de rostro, y si tenemos suerte, hasta puede cambiar un poco la manera de hacer las cosas. Un poco nomás, todos los patoteros son mas o menos iguales. Uno ya sabemos como es, y el otro tiene -al menos-, el beneficio de la duda.
Con la elección del próximo presidente norteamericano se decide en gran parte, la política mundial de los próximos años. Nuestros hermanos del norte, van a dejar por un rato sus reality shows, sus partidos de béisbol y NBA, las comedias de Sony, los estrenos de Hollywood, y van a decidir su futuro -y parte del nuestro, de paso-.Que loco, tenemos tanto en juego que deberían dejar que votemos a todos los que tenemos algo que perder, no? Estaría bueno.Además pareciera que a los propios interesados les cuesta horrores decidirse…Y no entiendo, no puedo creer que les cueste tanto.
Estoy convencida que el papel de la gente común es clave.En una entrevista publicada por la revista “Lea”, de abril de 2001, Mario Benedetti decía textualmente: “Tengo la esperanza que los norteamericanos derroten a los Estados Unidos.” El separaba el pueblo norteamericano, de los que toman decisiones.A la luz de los resultados de las últimas encuestas, me parece que lo que dice es una utopía. Definitivamente parece que los pueblos tenemos los dirigentes que nos merecemos. Porque no se entiende entonces, que todo un pueblo esté pensando seriamente en legitimar con su voto tanta mentira descarada, tanto atropello, tanta tortura y tanta sinrazón. Cuando vos país, justificás las cagadas que se mandan en tu nombre, está todo mal. Una cosa es que se equivoque un tipo, otra muy diferente que se equivoquen millones, y sabiéndolo, lo sigan haciendo.
Porque es muy probable que sepan que esta mal y les importa un carajo, o creen que el dolor que sufrieron los habilita para hacer cualquier cosa, olvidando el dolor de millones de personas que sufren iguales o mayores pérdidas, todos los días y desde siempre, por causas mucho mas injustas.
Se creyeron de verdad que son los gendarmes del mundo -pero claro, solo en los lugares que corresponde, sino pregúntenle a la gente de Bosnia Herzegovina-.Claro, no había nada que ganar, y todos miramos por tv, en directo como se desangraba un pueblo. Ahí fueron “respetuosos de la autodeterminación de los pueblos”, dejáte de joder…
Hacen porque saben que pueden hacerlo.
No hay análisis que resista las razones de una guerra sin sentido. Como el motivo que tenían no alcanzaba, inventaron otro y descubierto el engaño, lo admiten descaradamente …y acá no pasó nada. Se escandalizan del horror, pero sus métodos son iguales o peores de los que dicen combatir. Proclaman una cosa y hacen otra y su discurso se les cae a pedazos cuando confrontan las palabras y los hechos, frente a ellos mismos y ante los que los miramos asombrados –bah, ya no tanto…-.
Gandhi, ese pequeño gran hombre decía que si seguíamos aplicando el “ojo por ojo” , la humanidad terminaría por quedarse ciega. Y quizás eso es lo que pasa, ellos están ciegos. Es la única manera de entender lo inentendible.Un patotero retirado (Clinton), advertía en su último libro que sería bueno para los propios norteamericanos ir acostumbrándose a no pensarse como la única o invencible superpotencia mundial, porque eso no dura para siempre, y ya hay indicios de ello.
De todas maneras, acá, al sur del sur de todo, sólo nos queda observar los acontecimientos como una película más de las que nos mandan. Y rogar que todo ese infierno se quede en la ficción, por esta vez.


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