viernes, abril 02, 2004

Los jíbaros mediáticos

Por decreto de los cuatro monopolios mediáticos que controlan y orientan conducta masiva en el país a través de la "información" (Grupo Clarín, Grupo Haddad, Telefé y América TV) la única opción válida de protesta masiva en el país, la que los medios no "descalifican", la que otorga "prestigio de militante social", es la lucha contra la "inseguridad".

O sea la lucha contra la delincuencia común, no la lucha contra la delincuencia de mercado.

No la lucha contra los macro-chorros, los banqueros, los petroleros, los empresarios top, o sus agentes de negocios: los políticos que, hoy con Kirchner a la cabeza, administran, votan leyes, legislan para el FMI y los bancos, o encorsetan los salarios de por vida para que los acreedores financieros cobren puntualmente.

Según lo establecido por los comerciantes de la información masiva, el gran problema estratégico de la Argentina son los secuestros y los asaltos comunes. Lo que produce "inseguridad" no pasa por el estrés del desocupado o el hambre del indigente, pasa por los secuestros novelados (si agravados por muerte, más rentables) que los canales, radios y diarios comercializan como si fueran comestibles de primera necesidad.

El sujeto de la información, el receptor pasivo, igual que el perro de Pavlow, es condicionado a diario por tres palabras mágicas: secuestro, robo, violación.

Habitual indiferente masivo a las palabras: desocupación, injusticia social, hambre, el televidente nivel promedio estadístico, ése que salió ayer sin banderas partidarias y con una vela en la mano a protestar, sólo segrega adrenalina y se moviliza cuando los grandes medios -magos de la inducción colectiva- los convocan a luchar contra la delincuencia de menor porte.

Y el que es inducido mediáticamente con la paranoia de la "inseguridad" , y que hace su causa principal de la lucha contra la delincuencia y la violencia común, está preparadito para el segundo paso: la lucha contra el terrorismo y toda forma de violencia social, aunque la misma sea por comida, trabajo y vivienda.

Justito lo que quieren Bush y el Departamento de Estado. ¿O no?

Los nuevos ejércitos de dominación

IAR-Noticias, desde su nacimiento, viene advirtiendo sobre el papel central que cumplen los monopolios de la información en las estrategias de control político y social destinadas a la represión y/o neutralización de las luchas sociales contra el capitalismo.

Con el desmantelamiento de los Estados nacionales, particularmente en Latinoamérica, llegó el desmantelamiento de cerebro de las multitudes sometidas a diario -y sin ninguna contrainformación- al bombardeo desmovilizante de la "información" manipulada con fines políticos.

Los grandes consorcios mediáticos extraen su principal tasa de ganancia de los grandes anunciantes ( bancos y empresas trasnacionales) y de los gobiernos de turno (publicidad oficial o arreglos "en negro").

Por lo tanto, y como emergente lógico de su negocio, los grandes medios de comunicación son parte integral y funcional del llamado establishment económico, y su mensaje no está orientado a ninguna función social que no sea la de defender los intereses del sistema del cual viven y se alimentan.

Los grandes medios, y los periodistas que les sirven a cambio de un sueldo, son, en primer lugar, empresarios y empleados naturales de los gobiernos de turno, los bancos y las transnacionales que pagan por sus servicios o su silencio.

Así se construye la lógica de la información despojada de su sujeto central: el establishment económico y político, que son las habituales "fuentes de información" de los periodistas que trafican "noticias" según el interés de sus mandantes.

Este periodismo jíbaro, cipayo, inmoral y mercenario, construyó la "argentina de Kirchner" y la Latinoamérica sin lucha armada ni revoluciones, que permitió, entre otras cosas, que en un continente con 220 millones de hambrientos, el mayor "bien social" sean el pacifismo y la democracia made in USA vendida como si fuera el paraíso para los hambrientos.

Cuando se estudia y se analiza metódicamente la misión y la función de las políticas informativas y sus emergentes en el cerebro de las mayorías, se toma conciencia cabal de un hecho irrefutable: los medios de comunicación sustituyeron a los ejércitos militares en las tareas de control y represión social.

El desmantelamiento cerebral tornó obsoletas las funciones represivas de los militares de la "doctrina de seguridad nacional, quienes fueron sustuidos por la eficiencia de los medios y periodistas que construyen información sin la presencia de los beneficiarios y ejecutores de los genocidios económicos: banqueros, empresarios y políticos que pasan desapercibidos en las grandes coberturas informativas.

Canalizar la adrenalina y los conflictos sociales por el lado de la "lucha contra la delincuencia", es un ejemplo claro de dominación, para lo cual ya no se necesitan tanques ni fusiles.

El que lucha contra la delincuencia común, no lucha contra los banqueros ni los políticos bribones que los representan a cambio de prebendas y riquezas.

Quien lucha contra la delincuencia común, o contra el "terrorismo" en abstracto, es un vegetal utilizable sin espacio filosófico ni causa social: totalmente maleable y controlable por el periodismo jíbaro que lo construyó.

Y finalmente, para saber donde empiezan y terminan las campañas mediáticas con la ola de "inseguridad y delicuencia", hay que enterarse de los tres ejes principales de la estrategia impuesta por Washington a su gobiernos títeres de Latinoamérica: lucha contra el terrorismo, las drogas y el crimen organizado.


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